Las Grutas y las salinas del Gualicho: un tesoro en la Ruta 3 argentina

Última actualización 25/09/2024 por Dani Keral

Un mes en Buenos Aires. Ese es el tiempo que pasé en la ciudad de la Furia, como le cantaron Gustavo Cerati y sus Soda Stereo. Un mes de porteñismo en vena, de reencontrarme con viejos y queridos amigos, de conocer a nuevos, de caminar con el culo apretado y en estado de alarma por los «chorros» (ladrones) que merodean por la ciudad y hacen de ella un lugar más inseguro.

Buenos Aires me gustó, pero necesitaba salir, desconectar en un lugar más seguro y menos hiperpoblado. 14 horas de autobús me llevaron hasta ese sitio: Las Grutas, en la Ruta 3 argentina, donde hay tesoros como una costa de aguas cálidas con acantilados agujereados, una gran salina de colores extraterrestres, las salinas del Gualicho, hundida bajo el nivel del mar, y el Fuerte Argentino, una elevación montañosa con historias que mencionan a Hitler y a los templarios.

Las Grutas y las salinas del Gualicho, en la Ruta 3 argentina

No sabía nada de Las Grutas hasta que varias personas comenzaron a mencionar el lugar. Uno de ellos fue Pablo, otro viajero y blogger, que la mencionó como un lugar tranquilo, de costa, con una salina cercana muy poco conocida.

Como salir de Buenos Aires a dedo tiene cierto riesgo, la mejor maniobra para llegar allí era usar el autobús. Después el autostop sería mucho más sencillo camino al sur, hacia Puerto Madryn y sus ballenas y Ushuaia.

Las Grutas es una villa balnearia de la provincia de Río Negro, en la Patagonia argentina, ubicada en el Golfo de San Matías. Este golfo es la razón por la que las playas de la localidad cuentan con las aguas más cálidas de toda la Patagonia. Su nombre procede de la presencia de cavernas en los acantilados que se levantan junto a la playa. En las paredes de estos acantilados habitan los llamados loros barranqueros, una especie endémica de la zona.

Al ser un lugar tan atractivo para el baño, la villa se llena (por no decir que se abarrota) durante el período estival, entre los meses de diciembre y febrero, quedando mucho más tranquila durante el resto del año. Son en esas fases del año, especialmente el final de la primavera y el comienzo del otoño, los mejores momentos para disfrutar de una estancia más tranquila (aunque con temperaturas no tan altas).

Yo llegué a Las Grutas en plena primavera, cuando aún están cerrados bastantes establecimientos (pero no todos, aún existe vida en esa época), y pude disfrutar de la naturaleza de la zona de la mejor forma posible: sin grandes masas humanas.

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Qué ver en Las Grutas: las salinas del Gualicho

Los puntos más interesantes que se pueden visitar en Las Grutas se encuentran a varios kilómetros de distancia y se necesita vehículo (todoterreno preferentemente) para llegar a ellos. Uno de estos lugares son las sorprendentes salinas del Gualicho.

Las salinas del Gualicho se sitúan a 50 kilómetros de Las Grutas, en una gigantesca explanada blanquecina de 35 kilómetros de longitud por 18 de ancho. Su situacón, en una hondonada a 72 metros por debajo del nivel del mar hacen de este territorio uno de los más bajos del planeta (se convierte en una auténtica caldera en las horas de mayor radiación solar).

Como no tenía coche, la única forma de visitar la salina era a través de una expedición guiada, la cual realicé con la empresa Desert Tracks. Hermes era el guía que se puso al volante de la camioneta, con la cual salimos cerca de las 17:30 para poder llegar al atardecer. Antes de salir hacia la salina hicimos una parada en la vecina San Antonio Oeste, para visitar su muelle.

Ya en la ruta, penetramos la planicie patagónica por la ruta 2 hasta el Gualicho. Ya allí, penetramos dentro de las instalaciones de ALPAT, la empresa concesionaria de la explotación de la salina y que restringe la entrada al público, salvo visitas guiadas.

El lugar asombra y más aún cuando se va acercando el ocaso. Los naranjas y rojizos juegan con los cristales de sal y los depósitos acuosos para, más tarde, dejar el dominio total a los azules y morados. Parece mentira encontrar lugares así en la Tierra.

Tras un brindis de sidra con Hermes junto a la salina (una tradición de Desert Tracks), toca otra de las actividades especiales de la expedición: la cena bajo el firmamento en plena salina. Hermes, un hombre orquesta que tiene dotes de sabio, de explorador y de guía, también saca una nueva habilidad, la de cocinero. Un guiso de carne, acompañado de historias sobre el Gualicho, una de las deidades del pueblo tehuelche. Se dice que este tiene su guarida en el cerro El Chenque, situado a pocos kilómetros del salar.

Qué ver en Las Grutas: la playa de Piedras Coloradas y sus dunas

Situada al sur de Las Grutas se encuentra la playa de Piedras Coloradas. Esta es una amplia playa de arena con unas formaciones rocosas de color rojizo. El contraste de colores (amarillo de la arena, rojo de la piedra y azul marino del atlántico) hacen de este espacio uno de los más fotogénicos de toda la costa. Este hecho se ve incrementado por la presencia de varias dunas, desde las cuales se puede realizar actividad de sandboard.

Qué ver en Las Grutas: el Fuerte Argentino

Esta expedición no tuve la oportunidad de realizarla, pero es otra de las posibilidades cercana a Las Grutas. El Fuerte Argentino es una formación geológica en forma de meseta situada a 42 kilómetros al sur de las Grutas. Para llegar a él hay que recorrer el llamado camino de los pulperos, el tramo que recorren los pescadores de pulpos a lo largo de la costa.

El Fuerte Argentino, más allá de su belleza geológica, es un lugar enigmático. En una de las expediciones con Hermes, este habló de dos posibles historias (¿leyendas?) asociadas al Fuerte: una haciendo referencia a los templarios y a la llegada de estos desde Francia para proteger el Santo Grial; y otra sobre Hitler, en la que se dice que el dictador alemán no murió en su búnker de Berlín sino que huyó rumbo a Argentina desembarcando en esa zona de la costa.

Alojamiento en Las Grutas

Hay muchas opciones de alojamiento en Las Grutas, pero los apartamentos y hoteles se ocupan casi en su totalidad durante la temporada alta. Durante mi estancia en la ciudad me alojé en Desert Tracks Rancho, un pequeño y bonito alojamiento familiar tipo hostel con habitaciones de camas dobles y literas. 

Las Grutas tiene como especial atractivo su agua y su calidad de ciudad balnearia, preparada con numerosos establecimientos dirigidos al ocio y la gastronomía. Sin embargo, en sus alrededores hay atractivos, como la salina de Gualicho y el Fuerte Argentino que hacen de ella un lugar más interesante, en el que pasar más de un simple fin de semana nadando y tostándose al sol.

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