Prohibido morir en Svalbard
Las luces de la ciudad van quedando atrás mientras caminas a paso lento sobre la nieve. Estás saliendo de los límites recomendados, aunque sabes que no debes hacerlo. No sin un arma. Tras veinte minutos de caminata decides montar el trípode. O, al menos, intentarlo: a veinte grados bajo cero...