El día que morí en Hiroshima

Última actualización 20/07/2021 por Dani Keral

Mis ojos se abren.

Los rayos de la primera luz del sol se cuelan por la ventana.
Los destellos de la pesadilla que me ha despertado en mitad de la noche aun retumban en el aire…
Una ventana desnuda, resquebrajada. Afuera… el terreno aniquilado.

Hiroshima 1

Conteniendo el aliento y obligándome a quitar esa imagen de mi mente, comienzo a vestirme. Tengo que darme prisa, hay muchas cosas que hacer y tengo que estar en el edificio de la Prefectura a primera hora.

La calle me recibe medio amaneciendo. La luz es extraña , algo más intensa de lo habitual. A mi alrededor comienza a sonar el alboroto de las primeras voces de los compañeros que ya están en las tareas de demolición de los edificios de la zona. Después vendré a ocupar mi puesto.

Tras un rato largo alcanzo por fin el edificio. En el interior parece que están preparando una feria o una exhibición, pues hay varios hombres transportando grandes tablones como los de las ferias mensuales de pescado o encurtidos.

Me acerco por el lateral  pensando en las noticias que me esperan sobre mi padre de boca de la persona que me está esperando, cuando mi mirada se fija en el cielo.

Me quedo varios segundos observando. Incluso me da tiempo a preguntarme por qué estoy haciendo eso.
Miro la hora: las 8:15. Tengo que darme prisa.
Décimas de segundo después siento frío, una sensación heladora recorre todo mi cuerpo.

Arriba, sobre mi cabeza, ocurre algo. Miro.

Una luz.

Hiroshima 3

Un destello.

Hiroshima 4

Calor, dolor infinitos…

Hiroshima 5

Mis ojos se cierran.

Cuenta una historia que en una ciudad de oriente casi todos los habitantes desaparecimos en menos de un instante.

Cuenta una historia que los cimientos se convirtieron en ceniza,

Hiroshima 6

el metal en hierro calcinado

Hiroshima 7

Cuenta esa historia también que la carne viva de los pocos que quedaron gritó al cielo sin entender qué es lo que había pasado.

Hiroshima 8

Rodeados de llamas, cenizas y silencio.

Hiroshima 9

Cuenta que tan solo los restos hechos jirones de sus ropas escolares

Hiroshima 10

fue lo que quedó de la inocencia y la vida de tantos y tantos niños que estaban trabajando en la demolición de edificios en esa ciudad, preparándola para una guerra que ni entendían.

Niños como yo, que se levantaron un día cualquiera para hacer como adultos lo que la vida les asignaba hasta que su tiempo se paró a una hora concreta.

Hiroshima 2

8:15
del 6 de agosto
de 1945

El final  de una guerra.
Y el final de mi vida.

Hiroshima 11

Ahora os toca a otros vivir la vida que a nosotros no nos dejaron.
Aunque haya gente que todavía no lo ha entendido

Dedicado a todas las almas de Hiroshima.

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Dani Keral

Redactor y fotógrafo en revistas Yorokobu , Revista Salvaje y Condé Nast Traveler ◆ Ganador en 2023 del I Premio Nacional de Periodismo en el Medio Rural Ainhoa Camino ◆ Finalista, en 2022, del XXXV Premio de Periodismo Turístico Mañé i Flaquer ◆ Premio Internacional de Comunicación Turística 2017 al mejor blog revelación de viajes ◆ Creador del podcast El Vuelo Sonoro de Radio Viajera ◆ Más info en mi perfil de LinkedIn

22 comentarios en «El día que morí en Hiroshima»

    • Me alegra mucho que te haya transportado a aquel momento. Senti totalmente esa presencia cuando estuve alli. Fue bestial…
      Muchas gracias por pasearte por aqui y comentar!

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    • Wow, con comentarios asi a uno se le alegra la tarde! 🙂 Me alegra muchiiisimo ver que te llega tanto lo que escribo por estos lares!!
      A ver si con el tiempo surge oprtunidad de conjugar creatividad!

      Un abrazote!!

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      • Los comentarios son la gasolina de los blogs, dar para seguir recibiendo 😀

        He estado mirando más cositas por el blog y me siento bastante identificada con el tema de jugar y experimentar. Creo que lo que hago en mi página, como concepto, se acerca bastante a lo que tú haces aquí. Me gusta cómo conjugas la fotografía con el texto, y de qué forma arrancas emociones. Estoy segura que la oportunidad no surgirá, la buscaremos 😉

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        • Cuánta razon tienes! Jeje, tambien me fijé en que xperimentando va con la misma premisa de hacer del blog una extension de tus gustos, diversiones y motivaciones.

          Y es cierto, entes creativos encuentran la forma de conjugar su creatividad. Veamos que nos sugieren las musas.:)

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  1. Y que te siga en las redes y hasta ahora, que formas parte de mi familia MadTb, no hubiera tenido la decencia de leerte… puedes llamar ya a la policía para que venga a detenerme porque mi delito es grave muy grave, pena de muerte blogeril al menos. Bueno , muy bueno. Viva la creatividad.
    Ya tienes una nueva lectora en la lista. A ver si nos ponemos cara en la próxima asamblea
    Patricia

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    • jajajajja, no te fustigues, como quien dice «llegué antes de ayer» a estos mundos. Y como somos 889840219328939 de blogs… como para seguir todos!
      Sí, yo también tengo muchas ganas de desvirtualizarte y a otros compis de MadTB que todavía no he tenido la oportunidad. Y si no es en la asamblea, pues en el curso de salud viajera (que no sé cuando lo programaré porque mayo pinta muuuy movido).

      Un abrazote y mil gracias por dedicarle un ratín a mis creaciones!!

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    • Hi Gianni! What a wonderful surprise 🙂 I´m happy you´d felt that reading the story… It was strange, because I felt like that kid was telling me it word by word while i was in the museum of Hiroshima… After that, when I arrived at the hostel I just wrote it.

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  2. Creo que ya te lo había comentado… ¡Pero me sobrecogió tanto el visitar Hiroshima! No era de los lugares que me motivasen demasiado pero, sin duda, lo recomiendo desde el momento que puse el pie. Es un lugar tristemente mágico y que recuerda la historia en cada esquina. Cuando llegas como que sientes de alguna manera lo que allí ha pasado. Creo que has manifestado a la perfección cómo nos sentimos muchos. ¡Enhorabuena Dani!

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  3. Hola Dani, como me habías puesto en tu comentario, he leído esta entrada sobre Hiroshima. Me ha gustado mucho tu manera de enfocar la historia, desde el punto de vista de un niño. Por cierto, no sabía que los niños tenían que ayudar a demoler la ciudad, vaya infancia entre unas cosas y otras…
    Yo no llegué a ir a Hiroshima, pero sí estuve en Nagasaki y visité el museo de la bomba atómica. Escribí algo sobre este tema en otro blog, ¡a ver si te lo paso!

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  4. Qué fuerte esto, Dani. Y cómo en tan pocas palabras expresas tanto. He estado viendo en más profundidad y detalle tu blog y he disfrutado de cada uno de tus artículos porque logras conjugar la cantidad perfecta de texto y de imágenes. A veces los blogs abusan de información cuando ya tenemos todo a disposición en internet, y es muy fresco poder encontrar algo así (sacando este artículo que lamentablemente no es fresco sino doloroso) en donde poder disfrutar de hermosas fotos y de textos breves que nos dan ganas de seguir leyendo más. Enhorabuena!

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    • Hola Facundo, me da mucha alegría leerte. Estos artículos son los que, desgraciadamente por el escaso o nulo SEO no lee casi nadie salvo que yo mismo los mueva. Este fue uno muy especial que escribí en el mismo Hiroshima. Fue muy potente la sensación de aquel lugar. Muchas gracias por las palabras, porque me invitan a seguir creando con más ganas.

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  5. Un relato que te para la respiración, sobre uno de los lugares más difíciles que se pueden visitar. Pero me encantó Hiroshima, y me sorprendió con la franqueza con la que te cuentan su parte de la historia.

    Tuve la suerte de visitar el otro lado, Pearl Harbor. Y nada que ver. En fin.

    El mundo se rige según quién cuente la historia, y tu lo haces muy bien!! Un fuerte abrazo

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    • My dear friend, gracias por tus palabras. No estuve aun en Pearl, pero imagino que la forma será mucho más sesgada. En eso los japos, sobre ellos mismos, son únicos, lo que tienen que decir, lo dicen. Sin tapujos.

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