Marruecos, la Búsqueda (3): Gargantas del Dades (un fotorrelato)
Esa tarde, Tinghir se veía poderosamente naranja en contraste con el gigantesco palmeral, el cual la atravesaba en dos como una verde y brillante ría.
"El arte y el viaje inventan una forma de ver el mundo"
Esa tarde, Tinghir se veía poderosamente naranja en contraste con el gigantesco palmeral, el cual la atravesaba en dos como una verde y brillante ría.
Ahora ya lo sabíamos: lo que estábamos buscando no se encontraba en Ait Benhaddou. La mirada de Juan se perdía en el horizonte, desde el
“Iréis a Marruecos, a Marrakech y lo encontraréis cuando él quiera ser encontrado.” Las palabras del amigo de Juan no podrían haber sido menos esclarecedoras.