Hoy os traigo un artículo de emociones y creatividad fotográfica. Y para ello me han ayudado mis grandes amigos y fotógrafos Ignacio Izquierdo, Alicia Ortego, David Sánchez, Rubén Señor, Javier Godínez, Beatriz Lizana, Sergio Gordo, y Victor Manuel Pizarro .
Os explico.
Hace mucho tiempo inicié un juego fotográfico con unos amigos. Aquel proyecto se hizo blog y se llamó Palabrografía, el cual consistía en convertir palabras en fotos. Por orden aleatorio, cada uno iba eligiendo una palabra, la cual teníamos que fotografiar, dándole el sentido que cada uno eligiese. Con el tiempo y los quehaceres de cada uno aquel proyecto acabó quedándose sin gasolina y deteniéndose en 2014.
«Misterio«, una de las «Palabrografías» de 2012
El artículo que tienes delante es una reinvención de aquel proyecto, un homenaje en modo viajero de aquella Palabrografía. Para ello he querido reunir a varios amigos que reúnen características bastante especiales: son viajeros (bloggers de viaje) y fotógrafos. Grandes fotógrafos.
El método ha sido el mismo: una palabra elegida y diferentes cerebros y estilos fotográficos maquinando cómo convertirla en imagen. Acompañando a cada una, una explicación de cada autor de por qué han elegido ese enfoque.
Bien, sin más dilación, vamos a por lo interesante, las palabrografías.
Índice de contenidos
Palabrografías Viajeras: Experiencia
El palabro sobre el que giraran las palabrografías va a ser:
experiencia.
Del lat. experientia.
1. f. Hecho de haber sentido, conocido o presenciado alguien algo.
2. f. Práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo.
3. f. Conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas.
4. f. Circunstancia o acontecimiento vivido por una persona.
5. f. experimento.
Alicia Ortego, de Los Viajes de Ali
Dentro de las acepciones de la palabra “experiencia”, me quedo con la que usamos cuando queremos referirnos a un momento lleno de sensaciones, y una de las fotos que mejor lo representa, quizá, es la de esta jirafa bebiendo en el Parque Nacional de Etosha, en Namibia. Confieso que temí por ella, tan frágil se la veía agachándose poco a poco mientras no dejaba de mirar a su alrededor por si algún felino saltaba contra ella. Ver a la fauna salvaje en total libertad, aferrándose a la vida, es toda una experiencia.
En cuanto a cómo hice la foto: en esta ocasión pudo ser con trípode, un pequeño lujo que no suele estar disponible cuando vas de safari fotográfico. En esos viajes la rapidez de disparo suele ser necesaria, las mejores tomas a menudo suceden cuando menos luz natural hay, y vas en vehículo y en marcha la mayor parte del tiempo.
Los valores son: ISO 800, 200 mm., f/5,6 y 1/50 seg. exposición.
Victor Manuel Pizarro, de Ciudad Dormida
No es la voz su experiencia, sino su biografía en forma de arrugas sobra la cara. Mayores que atesoran conocimientos cincelados con la experiencia de los años. Saberes que no están escritos, conocimientos que permanecen latentes, muchas veces sabios, pero desaprovechados, recluidos y apartados, marchitándose al calor de los braseros de picón de tascas y hogares para pensionistas.
Remedios caseros, habilidades adquiridas por la experiencia, formas de trabajar los campos, maneras de entender la naturaleza, del tiempo que hace y del que vendrá… no parece verdad que todo el saber esté en los libros. Sin embargo, con la muerte de cada anciano se incendia una biblioteca.
Fotografía: Anciano trabajando en su telar. Bazar de Sanliurfa (Turquía)
David Sánchez, de Tragaviajes
Este apuesto señor es mi abuelo. Su corazón tiene 94 años, pero su cabeza unas cuantas décadas menos. La mujer con la que está cenando es su esposa, mi Lala -abuela- Ella, de 94 años también, sin embargo, tiene el corazón perfecto. Con estas dos personitas he crecido. Con ellas me he levantado para ir al cole, me he dejado peinar -ella era la única que sabía hacerlo- Ellos me han enseñado a jugar al “tute» -ese monótono juego de cartas al que llevan jugando desde siempre- Con ellos me he sentado a escuchar historias de la guerra, de cómo mi abuelo tuvo que ponerse a trabajar con once años para cuidar de sus hermanos; de cómo mi Lolo, muy a pesar suyo, tuvo que interactuar con Franco, o acerca de la razón de acabar los dos en Madrid. Para mí son mucho más que unos abuelos. Quizá, es por eso que no he querido aceptar nunca que algún día no estarán.
Y pensarás ¿y esto qué tiene que ver con los viajes? Tienes razón, nada. En los tiempos de “para ser feliz hay que viajar” “viajar me ha hecho ser mejor persona” y la moda del “nómada digital”, aquí traigo un ejemplo de dos personas que nunca han salido de España y a las que jamás podré alcanzar en experiencias ni en experiencia. Te animo a viajar, claro que sí, pero solo si quieres.
Rubén Señor, de Algo que recordar
Esta foto, que a priori solo parece la de un edificio (que lo es), resulta ser la primera que hicimos nada más poner el pie en China el primer día de nuestro primer viaje largo (hace ya cuatro años). Ese, que nos cambió tanto por dentro y que sin duda, ha sido y sigue siendo la mayor experiencia de nuestras vidas.
Por culpa de aquel viaje de solo ida, no solo no hemos vuelto a nuestra vida anterior sino que además, hemos hecho cosas y dado pasos que no pensábamos dar (como hacernos un par de tatuajes e incluso tener un hijo, por ejemplo). No sabemos por qué esta foto cero espectacular (que merece tan gran honor al menos para nosotros), nos llamó la atención en su momento: los cables… la macrocomunidad… las diagonales… En fin, que tristemente va a pasar a nuestra historia como un horror de foto, pero siendo la primera de otras miles y sin duda, el punto de partida de la más grande de nuestras experiencias: esta nueva vida que tenemos ahora.
Añadir como pincelada final e incidiendo en el concepto «experiencia», que con los años, hemos mejorado bastante en lo que a hacer fotografía viajera se refiere (o eso queremos creer).
Javier Godínez, de Vivir para viajar
Es toda una experiencia ser un infiltrado.
Infiltrado en olores, colores, sabores y sudores.
Infiltrado en otro idioma, otra religión, otra cultura y otras miradas.
Infiltrado en una escena de película en V.O. y sin subtítulos. Sabiendo que, aunque no lo entiendas, has vivido uno de los días más curiosos de tu vida.
Es toda una experiencia ser un infiltrado y tener la suerte de conservar una foto de ese momento tan inexplicable.
Nota: Viví esta experiencia en un festival hindú en Sri Lanka, en el cual por sorpresa, fui participe. Viajar es algo muy poderoso: puede ponerte en situaciones que nunca podrías haber imaginado.
Ignacio Izquierdo, de Crónicas de una cámara
La experiencia la dan los años, la vida, los viajes. Añade un brillo especial a los ojos para compensar la inocencia perdida. A cambio se lo cobra en surcos sobre la piel, en huesos curvados, en las sonrisas incompletas. El peso de la experiencia te hace entender los pliegues y matices del mundo a cambio de ralentizar el tiempo, de unas horas pausada y contemplativas. Pocas cosas pueden batir a la experiencia, especialmente si es conocimiento infranqueable de tu abuelo frente a unas piezas de domino.
Sergio Gordo, de Sin parar de viajar
Esta fotografía la tome en nuestra visita a la preciosa isla de Burano, muy cerca de Venecia. Allí me sorprendió el arte con el que trabajan el cristal y la capacidad de crear objetos increíbles solo con la experiencia de sus manos. Viendo trabajar a uno de los artesanos la única palabra que te viene a la cabeza es EXPERIENCIA, y es que se necesita toda una vida para crear esas maravillas solo con un poco de fuego y arena de sílice.
Beatrice Lizana, de Xperimentando
«¿Faltos de experiencia?»
En un tren Shanghái – Kunming de más de 32 horas de trayecto me dio tiempo a hacerme amiga de estas pequeñas y bisoñas criaturas. Me sorprendió que su inocencia ganó a mi experiencia: esa parte del mundo (ese idioma, esa gente, esos estómagos, esas reglas) aún era nueva para mí pero no tanto para ellas.
Yo mismo
Hay experiencias que nunca se olvidan.
Una niña, una mirada, luces, vestidos blancos. Hoy es el gran día de la fiesta de Moros y Cristianos de Pollença, en Mallorca. Todo el pueblo sale a la calle disfrazada, mitad moros, mitad cristianos, y se lanzan, en diferentes «batallas», por todos los rincones de la localidad. Al llegar el ocaso, sucede la lucha final en la gran explanada, la última embestida, momento en el que el polvo, la tinta y el sudor se mezclan al ritmo de la música y los gritos de euforia.
Tras la acción, la celebración. Reunidos en la plaza, agotados por la intensidad del día, cantan y entonan los himnos locales. Ha habido muchas emociones durante el día, demasiadas para una pequeña mente que absorbe todo lo que pasa delante de sus ojos y para la que las experiencias que vive hoy conformarán el adulto que será el día de mañana.
Agradecimientos: muchísimas gracias a los que habéis participado en esta Palabrografía. Aun pese al ajetreo que teníais habéis sacado un hueco para crear o buscar material para mi propuesta. A mi me ha gustado muchísimo el resultado y me ha hecho especial ilusión retomar las palabrografías con vosotros. ¿Futuras Palabrografías Viajeras? Quién sabe… 😉
Qué gran experiencia leer este Post. Grandes fotos y mejores textos. Muchas gracias por contar con nosotros. Besos!!
Gracias brodel, me gustó mucho que pudieseis participar y que fuese tan tan personal vuestro palabro.
Besote!
Excelente post! Es muy interesante ver el significado visual de «experiencia» para los diferentes autores. Muchas gracias por haber contado conmigo!! Un fuerte abrazo 🙂
Javiiiiii, gracias por parcicipar en la reedición de palabrografía, ha sido especial llevaba mucho tiempo con ganas de darle una vuelta.
Un abrazote grande!
Voto por más, jeje. Un placer participar junto a estos grandes señores.y a ti Dani por invitarme 🙂
Abrazo!!
Ali
Ali!! Gracias por formar parte del retonno de palabrografía… A ver si podemos hacer más ediciones más adelante!!!
Abrazote!!
Te animo a que hagas más! Sección de palabrografía ya!!! Me ha gustado mucho!!! 👏🏽👏🏽👏🏽
Amigo, Dani, gracias por retomar la experiencia, por contar conmigo y por darle belleza y originalidad a este frío pulso virtual, tantas veces vacío de contenido. Te animo a que sigas con la idea. ¡Y enhorabuena a todos!, por las fotografías y por las reflexiones. Un abrazo para todos. Víctor 😉
Víctor, ha sido un gran placer tener tu arte dentro de mi blog. Tenía muchas ganas de hacer algo contigo y por fin llegó la oportunidad. Seguiré trabajando la idea, porque creo que incluso le puedo dar una nueva vuelta de tuerca… o sino tal cual. Ambos casos serían una experiencia bonita. Un abrazo fuerte!
Genial, nunca dejas de sorprender 🙂 ¡Espero que haya más palabrografias!
La historia de David me parece preciosa, los abuelos son lo más!
jeje, me alegra que aun te pueda seguir sorprendiendo (con lo maravillosamente niña que eres 😉 ) La de David es una belleza, sin duda.
Un abrazote!!!
Excelentes fotos, y sobre todo, alucinantes los textos. Llegué recomendado por el gran Paco Nadal. Y la verdad, que fue una experiencia iniciática en este blog flipante. Me encantaría que me dieras algún sabio consejo para mi blog que es un bebé de sólo 2 meses de vida …. Amo la fotografía, por tanto, apoyo mis relatos en la ella. Seguimos en contacto y gracias por este momento maravilloso que me hicieron sentir al leerlos y verlos. Hasta siempre ,Alex: https://wordpress.com/view/viajaresaprenderblog.wordpress.com
Hola Alex, gracias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado la experiencia!!
Sobre consejos… uf,complicado, pero quizá, aunque suene algo manido, lo principal es que crees algo que te guste, que sea realmente tuyo, que no se vea dominado por las tendencias. No te juzgues a la hora de escribir o mostrar las fotografías o crear secciones en tu blog. Simplemente, déjalo salir.
Espero seguir aportándote momentos así de buenos!!
Un saludo!
Me gusta leer mucho los blog de viajes que comparte sus experiencia, me sirve para planificar también el mio, espero que sigan compartiendo mayor información para aventurarme en mi siguiente viaje.
Gracias por tu mensaje, un saludo