Japón contado a un niño

Gary y Holly siguieron con su viaje.
Después de conocer tooodos los colores, olores y sabores ricos de India en el capítulo anterior,

decidieron dar un graaan salto hasta…

¡¡JAPÓN!!

¡¡El país donde nace el sol!

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¿Queréis saber dónde está? ¡¡ Corred, pedidle un mapa a vuestros papis y que os lo enseñen!!

Globe

Cuando llegaron a Japón empezaron por una ciudad muy grande, Osaka, donde vieron un castillo.

Pero… ¡¡¡no era como los castillos que conocían!!!

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En Japón los castillos son diferentes , son de madera, con muuuchos tejados y con  adornos dorados. Les encantó ese castillo.

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Como les gustó tanto, fueron a ver otro castillo a una ciudad llamada Okayama,

un lugar donde la luna sieeempre es luna llena, y se le puede pedir deseos todas las noches

(porque a la luna llena se le pueden pedir deseos, ¿no lo sabíais?).

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Después llegaron a un sitio muy especial, que les hizo emocionarse mucho.

Ese lugar se llama Hiroshima y hace muuuchos años pasó algo triste por culpa de una guerra…

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…pero hoy todos los niños reían y jugaban. Y parecía como si no hubiese pasado nada! 🙂

Después fueron a una isla muy pequeñita llamada Miyajimauna isla mágica.

Una isla donde una gran puerta roja nace en mitad del mar

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En esa isla hay un templo donde hay muchiisimas estatuas muy graciosas

de pequeños hombres con gorros de rayas rojas y blancas (será para que no se resfríen jijiji).

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Desde esa isla pequeñita, Gary y Holly cogieron un barco para ir a otra isla muuuucho más grande. La isla de Shikoku.

En esta isla hay muchos templos y un camino para recorrerlos todos. Cuenta una historia que si los recorres todos, al final, encontrarás un tesoro.

Pero Gary y Holly no lo hicieron es muy laaaargo y se cansan muy rápido cuando van andando (¡porque son muy pequeñitos!)

Lo que hicieron fue ir a ver unos poquitos… uno en lo alto de una montaña en la ciudad de Kotohira:

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Y otro muy antiguo, donde la gentes les regalaba cosas, en Zentsuji.

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Pero hubo un lugar,

un sitio muy, muy especial en esa isla

que les dejó con la boca abierta.

Ese lugar era un valle, un valle todo lleno de árboles con muchos colores.

Un valle con puentes de cuerda que, al pisarlos, hacían un ruidito:

“Ñiic, ñiic, ñiic…”

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Ese valle se llama el valle de Iya… y es un lugar al que solo lo más buenos de corazón consiguen llegar.

Llenos de alegría, nuestros amiguitos siguieron su camino.

Un pastor que encontraron en el valle les dijo que tenían que ir a la ciudad de Kioto, a ver un templo… pero un templo muy especial.

Un templo dorado.

Eso les recordó aquel templo de oro que ya vieron en India, ¿¿os acordáis??

 

Cogiendo otro barco salieron de la isla de Shikoku y fueron a esa ciudad, a Kioto.
Al llegar fueron corriendo a por ese hermoso templo… 

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Ahí estaba, reluciente, brillante, en mitad de un estanque. ¡Era un templo precioso!

Después, un monje que vio a Gary y Holly enfrente del templo, les invitó a un té y les habló de un bosque que les iba a encantar…

un bosque de bambú…

¡¡y que también estaba en esa ciudad, en Kioto!!

Acompañados del monje, llegaron hasta el mágico bosque de bambú…

¡¡¡Enoooormes troncos de bambú rodeaban el camino!!!

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Holly y Gary siguieron su camino y llegaron a una ciudad muy especial.

Una ciudad con muchos ciervos, que vivían en libertad correteando entre la gente.

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Esa ciudad se llama Nara.

En Nara visitaron otro templo… pero este era un templo enooooorme. El más grande que habían visto en Japón. Y era porque dentro…

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…estaba una estatua gigante de  Buda, el dios al que la gente de Japón reza y le pide cosas.

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Gary y Holly se lo estaban pasando pipa en Japón. Y aun  quedaba una ciudad, una de las más grandes del mundo.

Tokio.

Al llegar, Gary y Holly se encontraron a muuuucha, mucha gente andando por la calle. Lo vieron desde una ventanita mientras tomaban un café.

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Pero nuestros dos amigos, que son muy curiosos,  quisieron ver todo lo grande que era esa ciudad… y subieron a un edificio muy, muy alto.

Tan alto que si miras hacia arriba te da un mareito de lo alto que es.

Y desde arriba vieron la ciudad más grande que habían visto en su vida, montones y montones de casas.

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Después de  Tokio, Gary y Holly decidieron que iban a continuar su viaje a otro país…

un país con templos muy antiguos… donde los árboles nacen de las rocas.

¡Pero eso será en la próxima historia!

Dani Keral

Fotovideógrafo por vicio y culo inquieto. Redactor en revistas Yorokobu, Salvaje, Viaje con Escalas y Condé Nast Traveler

6 comentarios en «Japón contado a un niño»

  1. No sabía que se podía pedir deseos a la luna llena (¿no será sólo la de Japón?) Todos los días se aprende algo nuevo je je je
    Qué buena ruta la del caracolito y la hada mágica, perdón, Gary y Holly. No sé por qué pero cuando lo leo suena en mi cabecita una voz así como la de Epi y Blas de Barrio Sésamo ja ja ja
    Muy bonito y original, como siempre. Deberías de sacar un ebook cuando tengas unos cuantos relatos, para que todos los niños del mundo se vayan contigo de viaje y empiecen a contagiarse de esa sana enfermedad del virus viajero 🙂
    Un abrazo

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    • Claaro, es un momento de muuucha energía (tanta como para cambiar el curso de mareas y de las biologías corporales de los humanos).
      Jajaja, sí, esa voz tipo epi y blas también la oigo cuando estoy escribiéndolo.
      Ummm, un ebook… interesante idea!! Gracias Patri, por leerme, escribirme, sugerirme… 🙂 Abrazote!!!

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  2. Hola Dani,
    No conocía tu blog y este relato me ha encantado!!!Qué bonito…
    Desde hace algún tiempo pienso en escribir algunas historias para mi sobrina, está aprendiendo a leer y le gusta mucho que le cuente al volver de viaje 🙂
    Me quedo a seguir leyéndote, buenos días!!

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